El Comercio de Almería

Mediocre People

"Esta ola de gente gris, sin talento e insustancial que se ha hecho con el timón de la política española, también se ha instalado desde hace años en El Ejido bajo la forma de una funesta, ineficaz, insostenible y desestructurada gestión municipal, caracterizada, además, por carecer por completo de capacidad autocrítica."

village people
Parte del equipo municipal de El Ejido como Village People
Mediocre People

Resulta curioso comprobar como de un tiempo a esta parte España se ha venido a convertir en un país en campaña electoral permanente. A esta deriva de electoralismo continuado nos ha empujado una clase política, la actual, que quizás sea la de perfil más bajo que nuestro país haya padecido en muchos años.

Hemos de ser conscientes de que un país puede soportar un determinado kilo de mediocres por metro cuadrado. Por encima de eso el país se va a pique. Desgraciadamente, la política española se ha ido rindiendo a la mediocridad por la ineptitud de su actual clase política tanto a nivel nacional, autonómico y municipal. Y así, se ve obligada a soportar a esta peculiar casta y sus consecuencias. Esta ola de gente gris, sin talento e insustancial que se ha hecho con el timón de la política española, también se ha instalado desde hace años en El Ejido bajo la forma de una funesta, ineficaz, insostenible y desestructurada gestión municipal, caracterizada, además, por carecer por completo de capacidad autocrítica.

Se acercan, dentro de este electoralismo permanente, unas elecciones municipales y, oteando el horizonte, el panorama resulta desalentador. Infortunadamente se premian las gestiones llevadas a cabo tanto desde el gobierno municipal como desde el primer partido de la oposición con la más que probable repetición de sus cabezas de lista. Gestiones que, de no producirse en el ámbito de lo político sino en el ámbito de lo privado, serían “premiadas” con un finiquito y un “tanta paz lleves como descanso dejas”.

A partir de aquí vamos a esperar a ver que nos deparan las listas oficiales y definitivas y entonces será el momento de comprobar si la mediocridad acabará anegando el buen funcionamiento del municipio. Los augurios, de partida, no son buenos si tenemos en cuenta que alguno de los posibles candidatos, caso del actual regidor del municipio, empieza incumpliendo su propia promesa electoral de hace ocho años, cuando afirmó su intención de no ocupar el cargo más allá de dos mandatos. Otro ejemplo lo encontramos en el candidato del primer partido de la oposición, que tiene intención de gobernar un municipio cuando no ha sido capaz de gestionar, cohesionar e ilusionar a su propio grupo municipal en la legislatura que ahora termina.

Ya lo decía Góngora, Don Luis, “las palabras cera, y las obras acero”. Y aquí ha habido durante estos años toneladas de cera y muy poquito acero. Como muestra un botón, en este caso Balerma, aunque los ejemplos podrían ser numerosos.

Del resto de partidos que concurren a estas elecciones locales del próximo mes de mayo toca esperar y confiar que el sentido común se imponga a los intereses de los juegos políticos y a los egos personales y, desde ese sentido común, alguno de esos partidos sepa ver, reconocer y aprovechar los vientos de cambio que llegaron a este ayuntamiento en los último meses traídos por la única voz discrepante y beligerante que tuvo el coraje de enfrentarse al establishment y, de este modo, sean capaces de renovar el aire de la política municipal dejando que se empape con el dulce aroma de los lirios este ayuntamiento.

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