Son días de socialización sobrevenida para quienes hemos tenido la ocurrencia de aceptar que se anote nuestro nombre en una papeleta electoral. Y es en esos ratos en los que representantes de las diferentes formaciones políticas coincidimos en una especie de convivencia de ascensor prolongada, cuando se atisban las maneras principalmente de quienes exhalan don de gentes y están encantadas de conocerse, y de esas otras que llegaron a nuestras vidas hace unos 17 minutos y ya conocen soluciones para paliar el hambre en Etiopía. No sabemos si arrojando al pueblo al mar, claro. Tememos.

Asi vamos acudiendo en comandita durante estas semanas a los diferentes eventos, convocatorias, y reuniones, a los que se nos cita o decidimos acudir por cuenta propia. Y vamos mayoritariamente, quiero creer, a aprender, a escuchar, y a tomar buena nota de las reivindicaciones del vecindario, que eso somos también: vecinos y vecinas con la sana intención de echar una mano, de construir, de solventar carencias, y de mejorar aquello que nos encontremos, si es que se da el caso.

Decía Varoufakis, que a la política hay que venir por obligación, a rastras, y porque no queda otro remedio, que las personas por mera responsabilidad tendríamos que aceptar alguna vez entrar en los espacios de toma de decisiones durante el tiempo que nos tocara. Trabajar y sufrirlo y después volver a nuestras vidas laborales y personales, una vez extinguido nuestro contrato con quienes nos votaron.

Es quizás un modo bastante higiénico de estar en política, estoy profundamente de acuerdo con V., sobre todo porque evita que el candidato se ponga demasiado cómodo, y no permite peligrosas subidas de humos, y tampoco deja cabida a las corruptelas.

Hoy nos ha tocado presentarnos a las elecciones municipales a unos/as compañeros/as encabezados por Javier Atencio Peláez, y aquí estamos con todo el empeño. Nos importan las cosas.

María Jesús Manzano González

Podemos El Ejido