Por qué el corresponsal del New York Times debería haberse quedado unas semanas más en Almería

Si a priori se daba por descontado que el líder de CS Roquetas, José Montoya, no pactaría un gobierno municipal con Gabriel Amat a la cabeza, parecía obvio que el incombustible ‘padre de dragones’ y alcalde de Roquetas optara, con su proverbial estilo directo y decidido, a cortar el nudo gordiano de los pactos con un certero espadazo y decidirse por Vox mucho antes de que se abrieran las urnas, no sin antes haber colocado a gente propicia y de su confianza en las propias listas de Vox. Que esos pactos incluyeran a cualquier otro municipio donde ambas fuerzas, la de derechas y la de extrema derecha, sumaran, es posible que lo decidiera en Madrid un interlocutor válido de Vox y Gabriel accediera amablemente o escuchara pacientemente los detalles de boca de uno de sus muchos hombres de confianza en Génova, 13, aunque también cabe la posibilidad de que todo haya sido al revés. José Montoya, de Ciudadanos Roquetas
Que ni siquiera los candidatos de las listas de Vox en Roquetas, Almería o El Ejido supieran que desde Madrid le preparaban esa grata sorpresa, con champán, confeti y ron con Cocacola incluidos, como le gusta a Juan José Bonilla, se demostró en campaña cuando en plena refriega pasquinera, de insultos y pintadas, muchos de los voxeros ejidenses ponían el grito en el cielo por tamaña y malintencionada manipulación informativa. Juan José Bonilla, Vox El Ejido
Pero lo más llamativo es que, según parece, según se especulaba, según se afirmaba, Paco Góngora ya tenía un plan C (roto ahora) que suponía una cierta entente cordiale con un grupo de la oposición que le permitiría gobernar, respetando lo esencial, sin que el alcalde de El Ejido en funciones tuviera que pactar un gobierno de coalición con nadie y por tanto verse condicionado en demasía dada su patente debilidad aritmética y personal/legal. Parece ser que el candidato de CS, Cecilio Vargas, en una reunión de última ronda de contactos mantenida con Paco Góngora ya le expresó que Ciudadanos no pactaría con el PP mientras él, Paco Góngora, mantuviera su condición de investigado y procesado, algo que ya sabía el alcalde en funciones de antemano. Así que el partido de la ‘entente cordiale’ no podría ser otro que ese PSOE tan especial de Alarcón y García Quero. José Miguel Alarcón, PSOE El Ejido, acompañado de sus hijas
Pero cualquier observador atento solo podría adjudicar el apoyo incondicional a Vox de medios como Onda Cero o Diario de Almería (del Grupo Joly) a una orden directa del propio Gabriel Amat, algo que al principio parecieron no entender bien candidatos del PP como Paco Góngora, llamado en esos días de campaña por sus propios compañeros y algunos periodistas de medios afines, y en petit comité, ‘el amortizado’, no porque vieran imposible que superara a Bonilla, sino porque, decían, lo suyo era cuestión de un año, máximo. Lo que hace ahora, pactando con Vox, parece que forzadamente, es retrasar una vez más su salida. Y ya van tres o cuatro. Paco Góngora, PP El Ejido
En Vícar, feudo de otro Bonilla, Antonio, se llegó a dar por hecho que, en caso de que Vox fuera la lista más votada en los municipios donde la formación de extrema derecha triunfó en autonómicas y generales, se aplicaría un cordón sanitario en favor de la segunda lista, ya fuera el PP o el PSOE y, en contra, por tanto, del escándalo que supondría que las alcaldías, solo las alcaldías, cayeran en manos de la extrema derecha y el temible efecto que tendría sobre los mercados hortofrutícolas, efecto que parece que ahora, con Vox en un papel secundario, pero dentro de los gobiernos municipales de al menos El Ejido y Roquetas, no se dará. No sabemos que opinarán de esto Pedro Manuel de la Cruz, director de La Voz de Almería, Paco Góngora y todos aquellos obsesionados con el bien de la provincia. Pincha aquí: https://www.elcomerciodealmeria.com/articulo/opinion1/la-vox-de-almeria/20190507195423002006.html Antonio Bonilla, PSOE Vícar
Hay que recordar que se habló de infiltrados del PP en Vox Roquetas, y también en El Ejido, pero en El Ejido, con la que había liada, eso era entonces lo de menos. Y también de supuestas tutelas de implicados en la Operación Poniente. Práctica, esta de la infiltración en todo lo que se mueve en la política por parte del PP, además de su ya tradicional persuasión para cambiar el voto y hasta la filiación de candidatos de otros partidos, que, como hemos conocido estos días, puede llegar a casos patológicos.
Con los trackings prácticamente diarios en campaña y los ‘ingenieros sociales’ en plena faena en sitios especialmente sensibles donde el PP podría haber caído más de la cuenta (en El Ejido el PP estuvo en 4-5 concejales hasta bien avanzada la campaña y ha conseguido finalmente 9 concejales sin el hundimiento que Vox sí ha tenido en Roquetas, Níjar o Vícar), se ha evitado la posibilidad que más le preocupaba a alcaldes como Paco Góngora, quedar por debajo de Vox, algo que parecía obvio hace tan solo unas semanas, y a toda la plana mayor del PP almeriense, con Amat a la cabeza, se le ha ahorrado el susto de perder la joya de la corona: el enorme presupuesto anual de Diputación, esa institución de la que ya nadie dice que debería desaparecer o al menos reformarse.
A la vista de los hechos, con unos presupuestos andaluces recién aprobados desde Madrid por Vox incluidos dentro del paquete de acuerdos globales en los que se mezclan ayuntamientos de ciudades y villorrios, diputaciones, comunidades autónomas, canonjías y hasta cabildos catedralicios, podríamos imaginar, que tampoco cuesta nada, que esto de Vox podría tener un valor instrumental muy concreto que terminará su ciclo con la refundación del PP y la vuelta de Vox a la ‘mayoría natural’ y la práctica desaparición de Ciudadanos a medio plazo o su vuelta a la socialdemocracia tras su periodo liberalconservador, pero menos, y dependiendo. Que se estén produciendo dimisiones en la cúpula de Vox de la capital no hace sino confirmar que se está implosionando a Vox desde dentro gracias a los infiltrados y a una estructura de partido que prima la cuestión madrileña y desprecia no solo las autonomías sino la autonomía local de los diferentes municipios. Vox Roquetas
Si en Roquetas los tres ediles in péctore de Vox, José Ignacio Cerrudo (en rebeldía según publica Noticias de Almería), Francisco Barrionuevo y Antonio Inocencio López aspiran a concejalías ‘menores’: turismo, comercio, playas…, en El Ejido ya se han pedido Urbanismo (perdónalos, señor, no saben dónde se meten), e igual les regalan también Régimen Interior para que se entretengan con la Policía Municipal, entre otros, Agricultura, que es una concejalía muy lucida y poco trabajada, y hasta Servicios Sociales, para comprobar in situ si todas las ayudas van a los extranjeros, como dicen. Captura artículo del NYT sobe El Ejido y Almería
El Ejido podría tener al menos 12 concejalías a la vez que podría perder 12.000 habitantes en 4 años, que son muchas concejalías y muchos habitantes, pero si Vox cumple sus promesas electorales, obligará al PP a rebajar en un 20% el sueldo de los concejales delegados y a rebajar el número de concejalías, se supone que las del PP, aparte de realizar de inmediato una auditoría externa de las cuentas del Consistorio. Lo que sí parece claro es que Juan José Bonilla no se ha negado a pactar con un investigado y procesado por al menos tres delitos, y eso que es abogado y debe conocer bien esa lana. Quizá de alguna manera los augures le hayan adelantado ya su próxima salida, la salida de Paco Góngora del gobierno municipal, más o menos forzada, y el consiguiente espectáculo para el mundo que volverá a ser El Ejido, Dios mediante. Por eso los enviados especiales de los medios extranjeros deberían de haberse quedado unas semanas más disfrutando de nuestra hospitalidad, nuestras playas y nuestra magnífica gastronomía, para ver cómo la extrema derecha entraba en los gobiernos municipales gracias al PP de zonas especialmente sensibles por el alto nivel de inmigración en los que además hay alcaldes con problemillas con la Justicia. @RaphaelMinder, del New York Times, Emmanuel Haddad, de lecourrier.ch, James Rippingale y demás corresponsales internacionales, ¡VOLVED!, que el juego del cinismo político y hasta de las decisiones peligrosas empieza justamente ahora.