Listas

Andaba curioseando en internet, con los ojos de arena del poco sueño, cuando se me ha instalado en el cerebro un titular. Habían encontrado a un chico de unos 6 años, deambulando, en estado de shock, por las cercanías del Barranco del Infierno en Adeje, Tenerife. El niño, que no se comunicaba en español, ha descrito al intérprete de la policía lo ocurrido en las inmediaciones del lugar con su familia, o como quieran definirla, que creo que existen otras opciones.

Por lo que ha transcendido de la investigación, el tal T. padre y esposo y verdugo de sus víctimas,  dedicaba su tiempo a fraguar la muerte y desaparición de su esposa y sus dos hijos de 10 y 6 años en esa vivienda en la que se alojaba desde hace un año y medio a dos, y donde le han encontrado durmiendo a pierna suelta, digo yo, hace unas horas. Contaban las escasas vecinas del supuesto, que este hombre era un perfecto desconocido para ellas porque apenas transitaba el pueblo y también se ha confirmado que la esposa y los chicos residían en Alemania, aunque periódicamente le visitaban en Canarias, todo rodeado de una discrección que roza lo patológico .

Según la declaración del menor, su padre les había llevado a una cueva en el paraje del Barranco, y una vez allí golpeó fuertemente a su madre. El hermano mayor habría intentado protegerla recibiendo un golpe fatal en su intento, mientras él había logrado escapar corriendo de aquel horror.

El titular que leía de este crimen terrible, con esas ya 18 víctimas de violencia de género en el 2019 que casi empieza, inauguraba una nueva lista de la sordidez: la de menores víctimas de quienes deberían haberles cuidado y protegido. 

Por eso, cuando he leído al fin (vaya mañanita) un escrito emitido desde alguna instancia del gobierno regional de Andalucía, que ya es viral, en el que pretenden recabar información personal y datos de filiación de compañeras y compañeros que se dedican a trabajar en la protección de las víctimas de casos como el que he mencionado hace 1 minuto, siento una pena y un asco que me duelen.

Por las víctimas a las que matan, por las víctimas a las que dejan solicas, por  todas las compañeras y compañeros que están trabajando a diario intentando restañar heridas, abrigar soledades, escuchar penurias, y en definitiva rellenar algunos de esos agujeros negros en los que se convierten esas familias que constan en otras listas.

Por las personas que prefieren pasar a la lista antes que renunciar.

La solidaridad, el cariño, y el respeto, de la inmensa mayoría.

María Jesús Manzano González

Candidata por Unidas Podemos