8M: las mujeres ganan
"En Almería entre 10.000 y 20.000 personas, en su mayoría mujeres, se concentraron en una de las manifestaciones más multitudinarias que se recuerdan en la capital, una capital y una provincia por lo general muy remisas a este tipo de demostraciones."
Cientos de miles de mujeres, y también hombres, 350.000 solo en Madrid, salieron ayer a las calles para reivindicar los derechos de las mujeres y la igualdad de oportunidades en una jornada histórica que tiene en el 8 de marzo del año pasado su único precedente en España, aunque la afluencia a las manifestaciones este año haya resultado particularmente masiva, quizá espoleada por la aparición de Vox y la nueva línea ideológica de un PP capitaneado por Pablo Casado que teme una huida masiva de votos de su ala derecha hacia la formación de Santiago Abascal y que ha girado a posiciones contrarreformistas que van bastante más allá del conservadurismo que se les supone. Ciudadanos, que sí acudió a las manifestaciones a pesar de su postura contraria al manifiesto feminista que se leyó en todas las concentraciones y que hizo a última hora una campaña en redes en favor de lo que ellos llaman ‘feminismo liberal’, salvó hábilmente los muebles ante un avance de la llamada cuarta oleada del feminismo que amenaza con modificar las bases sociales, laborales y económicas de nuestra sociedad y que se expande día a día hasta en el último rincón de España.
En Almería entre 10.000 y 20.000 personas, en su mayoría mujeres, se concentraron en una de las manifestaciones más multitudinarias que se recuerdan en la capital, una capital y una provincia por lo general muy remisas a este tipo de demostraciones. La jornada también sirvió para ver imágenes inéditas, como el paro, aunque parcial y simbólico, de muchas mujeres del sector del manipulado, o el parón prácticamente absoluto en la mayoría de los centros educativos. A pesar de que la lucha por la igualdad, contra la discriminación y contra la violencia machista todavía va a ser larga y tampoco se pueden descartar ni parones ni involuciones a corto y medio plazo, parece claro que las mujeres ganan. Si bien la reacción a los avances del movimiento feminista en España parecían concentrados en la extrema derecha de Vox, a pesar de que en Europa muchos partidos del mismo espectro ideológico evitan entrar en confrontación directa con las defensoras de la ideología de género, llama extraordinariamente la atención que un partido de ‘gobierno’ como el PP haya apostado por ir contracorriente, algo que, dicen algunos analistas, les va a costar a medio plazo la caída de la actual dirección del partido conservador, además de la posible refundación del partido y de un nuevo rearme ideológico si quieren volver a tener opciones de ocupar el espacio central que en su día ocuparon. Las jornadas como las de ayer no solo encierran una enorme carga simbólica sino que suelen marcar futuras pautas de consecuencias todavía imprevisibles.
Resultó, no obstante, especialmente llamativo, que numerosos medios de comunicación, particularmente las televisiones generalistas privadas, hicieran tanto hincapié en los escasísimos incidentes previos a las numerosas manifestaciones y los pocos que hubo durante el transcurso de las mismas. ¿Amarillismo? ¿Ejercen algunos medios de verdadera oposición política a los avances sociales de las mujeres?
Las mujeres ganan, decíamos, pero, ¿quién pierde con todo esto? Los que no dudan en usar la integridad territorial de España, el terrorismo, los símbolos nacionales o el dolor de las víctimas en su favor, se quejan de la utilización ideológica de la lucha feminista. ¿Veremos dentro de unos años a, por ejemplo: Andrea Levy, decir que hay más feministas en el PP (o como para entonces se acabe llamando) que en todas las asociaciones feministas de España, como ya lo ha dicho Javier Maroto de los gays del PP respecto de los colectivos LGTB? Dependerá mucho de cómo acabe la lucha en pos del electorado de derechas. De lo que no cabe duda es de que en ese espectro ideológico siempre habrá un poso nada residual ultracatólico y contrarreformista bien engrasado económicamente que tendrá mucho que decir. Esto es España, y en la Historia de España los procesos involutivos son esenciales para entender lo que somos. No conviene olvidar que, por lo general, los movimientos pendulares que han supuesto avances sociales de gran calado han sido históricamente mucho más breves que los movimientos pendulares contrarreformistas o directamente reaccionarios y, aunque nuestra pertenencia a Europa suponga ciertas garantías, no avala en absoluto que los avances sigan siendo lineales como podemos casi considerar que han sido hasta ahora, a pesar de los pesares.