Según fuentes financieras el campo almeriense pierde 700 millones de euros cada año “por falta de organización”. Diego García reflexiona sobre esta y otras cuestiones en su columna de La Almería agrícola.
En días pasados leí en prensa escrita que el campo almeriense pierde 700 millones de euros cada año “por falta de organización”, y yo me echo las manos a la cabeza. Con la de buenos profesionales que tiene esta provincia, con la de sabiduría que atesoramos en horticultura intensiva, que somos el espejo en el que el mundo se mira, un sitio donde cada semana nos visitan empresarios de países lejanos para aprender de nuestras técnicas agrícolas y Almería le abre las puertas y el corazón y les enseña todo lo que sabemos, eso que tanto ha costado lograr, en esfuerzo y en dinero, antes en pesetas y ahora en euros. ¿POR QUÉ LE PONEMOS, ENTONCES, LOS DIENTES LARGOS AL SECTOR CON ESTAS CIFRAS ALARMANTES?
También se cuenta en la prensa de papel que el agricultor gana 2000 € al mes. Creo que, aparte de agricultor autónomo, también es empresario, empresario a la fuerza y que su trabajo de agricultor lo desempeña muy bien: plantar y cultivar, recoger, limpiar, mirar dónde vende y a cómo le liquidarán su mercancía y si habrá pérdidas o beneficios, pero a partir de ahí empiezan los mareos y los quebraderos de cabeza financieros. Pero también cabe preguntarse, estos datos que ofrecen los profesionales del sector bancario que dicen que con la unión y la concentración del sector se podrían solucionar los problemas estructurales que padece y obtener más beneficios, estas empresas comercializadoras, grandes cooperativas que tienen todos los medios a su alcance, con sus directores generales. presidentes, gerentes, economistas y comerciales para poder llevar con buen rumbo este gran trasatlántico de la horticultura almeriense de 35.000 hectáreas invernadas, ¿QUÉ IDEAS, QUÉ INNOVACIONES, QUÉ NUEVOS PROYECTOS APORTAN A NUESTRA AGRICULTURA? Yo no desconfío de estos profesionales ni por un momento. Creo que tienen capacidad suficiente para llegar mucho más allá de lo que se llega sin necesidad de que los fondos de inversión que se está posicionando en el sector empiecen a marcar la pauta. Pero ya ha llegado la hora de concienciarse y ponerse manos a la obra para consolidar el sector y ampliar sus márgenes, pero no cabe duda de que hace falta ayuda; ayuda financiera y ayuda del gobierno central y de los gobiernos autonómicos y locales, para tratar de que sector hortofrutícola y la industria agroalimentaria se consoliden como lo que son; sectores estratégicos de nuestra economía.